El proceso digestivo comienza en la boca cuando una persona mastica. Los dientes incisivos penetran en el alimento y lo sostienen para ingresarlos a la boca y desgarrarlo. La misión de triturarlos queda reservada a los molares. Las mandíbulas realizan también movimientos laterales, que ayudan a moler cada vez más finamente el alimento.

Las glándulas salivales producen saliva, un jugo digestivo que humedece los alimentos para transportarlos más fácilmente por el esófago hacia el estómago. Además, la saliva tiene una enzima que comienza a descomponer químicamente los almidones en los alimentos.

Cada una de estas pequeñas acciones son claves para una correcta digestión y para eso es necesario que cada parte de nuestra boca esté sana, que nuestra mordida sea correcta y eficaz con los alimentos, que no falten piezas dentarias  fundamentales. 

¿Porqué es tan importante que tu boca esté sana para masticar bien? 

Si las condiciones de nuestra boca no son las adecuadas para comenzar la digestión de forma correcta los efectos que podés sufrir son:  

  • Aumento de peso porque tu metabolismo se pone más lento y quemás menos calorías.
  • Malnutrición porque tu cerebro no tiene tiempo de avisar al estómago que va a recibir nutrientes y no los absorbe correctamente. 
  • Problemas digestivos como gases o estreñimiento. Además necesitaremos más energía para terminar el proceso y notaremos pesadez de estómago.

Como ves la salud bucal, que permite una correcta masticación, va más allá de tu boca y tiene efectos en todo tu cuerpo y tu salud.